viernes, 26 de octubre de 2012

Miedo a fallar, otra vez.

No hay manera de expresar lo mucho que me aterra terminar una historia. Estoy acostumbrada a decepcionar a quienes conozco, a hacer las cosas "mal", a que nunca me salgan bien las cosas, pero cuando por fin encuentro algo en lo que soy buena, me da miedo.
No hago otra cosa sino darle vueltas al final de Carlie, y eso me impide siquiera terminar un capítulo. Pero no evita que comience nuevas historias, y cuando llego a esa parte interesante, a ese clímax, me bloqueo.
Tengo las ideas muy claras en mi mente, pero cuando estoy por escribirlas me detengo. Cambio de idea unas seis veces. Cierro Word. Me arrepiento. Y se convierte todo en un círculo vicioso.
Entiendo perfectamente que uno no puede complacer a todo el mundo, pero de verdad me aterra echar a perder una historia que, según mis conferencias privadas conmigo misma, promete.
Me da miedo que esa neurona inservible que hace que falle en todo también haga que falle en lo único que, aparentemente, me sale bien.