miércoles, 28 de septiembre de 2011

Por una hoja de papel

Es increíble que por una hoja de papel no se permita seguir estudiando.
No, mejor dicho, que por una maestra no te puedan entregar el papel que necesitas para seguir estudiando. Y para colmo ¡es una materia tan inútil por la que me están negando mi certificado de secundaria!
La materia obligatoria pero opcional que imponen al menos aquí en México, no sé si en otros países tengan que estudiar un "taller". Yo elegí la materia que se veía más fácil de tres: Corte y Confección. Las otras eran Taquimecanografía (no sé si se escribe así) y Dibujo Técnico.
El primer año fue fácil, la maestra era ya vieja, a decir verdad, y sólo hacíamos bordados en un retazo de tela y algunos trazos. En segundo y tercero nos cambiaron la maestra, a una que me dio clases de Historia Estatal en primer año, y nos puso a hacer trazos de blusas, faldas y también los hicimos en tela. Para ser sincera, no es tan fácil como parece, pero tampoco se me hacía imposible. Un par de veces la maestra me ponía al frente y decía "Miren lo bien que le quedó la falda que hizo en tal tiempo y ustedes que llevan todo el bimestre siguen con el trazo". No me quejaba, pero sentía pena porque me usara para presionar a las demás, aunque hayan sido sólo dos o tres veces.

Blablablá, de verdad no quiero hablar de algo tan aburrido, pero intento desahogar de alguna forma un poco de la frustración y el miedo que siento justo en este momento, porque en unos minutos iré a la secundaria en la que estudié para ver si la maestra al fin se dignó a darme aunque sea un 6 de calificación para que me den el certificado que necesito, porque si hoy mismo no lo entregó me sacan de la preparatoria... si no está esa hoja de papel lista ya, espero que me den al menos una constancia de que está en proceso y (espero que...) en unos días estará lista. También ruego a Alá, Bob Esponja, Homero Simpson, Aslan, Dios, Albus Dumbledore y Hayley Williams que si me dan una constancia, las secretarias de la preparatoria la acepten y me esperen unos días más.

Tengo un hueco en el estómago del tamaño de Garfield. Me siento demasiado asustada... ¡Y todo por una jodida hoja de papel!

viernes, 23 de septiembre de 2011

About the fanfics...

¡Hola!
Pues, ¿por dónde comenzar? Existe un fanfic en mi cuenta de Potterfics que me causa dolores de cabeza, y me sorprende de sobremanera el que ese fic sea el de Carlie. No me importa mucho el haber perdido a tantas lectoras, pero me siento mal por haber hecho la estupidez tan grande que fue borrar mi cuenta. Lo que me está jodiendo, para ser sinceros, es que después de tanto tiempo sin laptop, haciendo pequeños one-shots, desechándolos, re-haciéndolos "con mejor calidad" y demás cosas, hasta me he olvidado de mucho que iba a poner en la historia. Recuerdo cosas, claro, pero me olvidé de lo importante, las razones. ¿Cómo hacer que un ejercito de neófitos intente atacar a la gran realeza de los vampiros si me olvidé de quién era el que los lideraba? Y no, no es ni Vladimir ni Stefan, los vampiros rumanos de "Amanecer". Y sí, el spoiler fue intencional para dar una idea de lo perdida que estoy. Aunque Vladimir y Stefan son tentadores, son demasiado inteligentes para saber que un montón de neófitos nunca podrían ganar una batalla a los Vulturi.
Muchas veces me he sentido incapaz de continuar ya, y hasta ganas me dan de borrar el fic y olvidarme por completo de la idea para dejar de atormentarme o dejarlo en manos de una lectora fiel y escritora maravilla. Si borrara el fic me sentiría horrible y, aunque me quitaría un peso de encima, me da miedo el que por no poder terminar un simple fanfic me sienta incapaz de escribir una novela. Lo segundo, bien, siempre pensé que jannynorthman podría escribir sobre Carlie incluso hasta mejor que yo, Janny es una escritora maravillosa y me alegro mucho de haberla conocido y haber leído su fic de Viviendo al límite y muchas otras cosas suyas, pero ha desaparecido de Potterfics, no ha actualizado nada desde hace un buen de tiempo ni la he leído en algún tweet. La extraño.
Así que creo que no tengo salida, mi fic de Carlie es un compromiso conmigo misma que me da miedo no poder concluir, pero lo estoy intentando y me frustra el no poder. No quiero escribir algo que realmente no tenga ni pies ni cabeza, no quiero echar a perder lo poco que llevo avanzado con ese fic, de casi veinte páginas cada capítulo, escribiendo algo zaparrastroso. Me gustan las tonterías y los disparates, siempre y cuando tengan aunque sea una pizca de sentido común para todos.
Ahora, ya que me he desahogado un poco sobre mi fic de Crepúsculo, quisiera decir que creo que le estoy perdiendo el miedo al botón de "¡Comienza una nueva historia!", es decir, ya en lugar de borrar lo que escribo, lo publico, sin importar si les gusta o no lo que escribo y me critiquen. Menuda idiotez, ¿verdad? Pero estoy harta de las criticas, toda mi vida me han criticado y me da miedo que lo hagan también en un mundo virtual como este. Y, además de ese "avance" conmigo misma, estoy clavándome con un fic de Harry Potter, basado en el libro de las Reliquias de la Muerte, pero insertando un personaje que realmente es muy trillado: la hermana de Harry.
Sí, sí, de verdad que es trillado, pero siempre he querido escribir algo así. Era hermana de Harry o era hermana de Draco, y la preferí como una Potter, pero un poco diferente a como la hacen la mayoría de las personas. O eso creo yo. ¿Quién sabe? Existen muchos fics así y me da una flojera de tamaño descomunal leerlos todos sólo para hacer algo diferente. Lo que es, será. Quizá cuando tenga unos tres o cuatro capítulos ya escritos (porque voy en el segundo pero sigo corrijiendo el primero a veces), empezaré a publicar. O quizá lo termine de escribir, para que no pase lo mismo que con Carlie. Aunque esta vez no me estoy pasando con lo de las veinte páginas del Word en cada capítulo. Ahora apenas hago siete o en veces diez, para no hacer muchas largas, según yo.
Me gustaría dejarles un adelanto de lo que llevo, un pequeño fragmento, y aunque en su mayoría son diálogos es la parte que más me gustó del primer capítulo:

—¿Cómo te sientes, Georgie? —le preguntó Fred.
George, con la mano libre, tanteó el costado de su cabeza.
—Bendecido…
—¿Qué le pasa? —preguntó Fred, aterrado— ¿Su mente se vio afectada?
—Bendecido… —repitió George, abriendo los ojos y mirando fugazmente la mano de Joan sujetando fuerte a la suya— Y como queso…
—¿Ah?
—Como queso… —volvió a repetir— Tengo agujeros, Fred, ¿entiendes?
Ambos sonrieron.
—Todo un mundo de humor sobre orejas… —le dijo Fred— y elijes “como queso”… Das lástima, hermano.
—Pero sigo siendo más guapo que tú —murmuró George en un hilo de voz. Miró alrededor, sonriendo débilmente—. Ahora podrás reconocernos, mamá —la señora Weasley sollozó fuerte, y la mirada de George se volvió hacia Joan—. Hola, Joanie…
Como si de pronto todos recordaran sus pendientes, se giraron a distintas direcciones. Unos se fueron a esperar a Bill, Fleur y Ojoloco al patio y a otros pocos (Hagrid y Ron) el hambre les surgió de repente después de un viaje tan agitado (tomaron algunos bocadillos de la cocina para después esperar a los demás). George se movió un poco, dejando un espacio en el que Joan pudiera sentarse.
—No te deberías de mover… —murmuró Joan, sin saber si sentarse en el espacio o seguir en el piso.
—Ya lo hice, Joanie.
Ella suspiró y se sentó por fin.
—Molly dice que vas a estar bien, pero no puede hacer crecer tu oreja de nuevo…
—Me lo imaginaba.
—… por haber sido magia oscura, y Lupin dice lo mismo.
—¿Ya acomodaste tus cosas por ahí?
Joan sintió como si le echaran agua fría en el rostro.
—Eh... Noqueé a un mortifago con mi mochila en el camino y la perdí —bromeó. George soltó una risotada—. Me alegra no haber traido nada importante.
Hubo un silencio entre ambos hasta que el estómago de Joan rugió. La sangre corrió hasta sus mejillas y miró a George apenada, él sonreía divertido.
—Creo que…
—Ve y arrasa con lo de la nevera por mí —le dijo George.

No sé. Quizá no sea el mejor fanfic que he escrito, pero me gusta y eso es todo lo que necesito para escribir. Especialmente el poner a la hermana de Harry con George Weasley... aunque nada está asegurado, ¿eh? Y decidí llamarla Joan para que sonara un poco como Joanne (Por J. K. Rowling), pero más que nada por Joan Jett, esa maldita cantante de Rock&Roll jodidamente genial que simplemente adoro.
Pues... sin más que decir, por ahora, me despido.
Saludos.

martes, 20 de septiembre de 2011

Sábado 20 de junio de 1942

Tengo varios días sin escribir. Necesitaba reflexionar sobre lo que significa un Diario. Es una sensación singular el saber expresar mis pensamientos, no sólo porque nunca había escrito, sino por que creo que más tarde, ni yo ni nadie se interesaría por las confidencias de una niña de 13 años. Pero en fin, eso no tiene la menor importancia. Tengo ganas de escribir, y aun buscar en mi corazón toda clase de cosas.
"El papel es más paciente que los hombres". Este dicho llegó a mí un día que me encontraba melancólica y muy aburrida, con la cabeza entre mis manos, muy enojada. Es cierto, el papel es más paciente, y como creo que nadie se preocupará por este "Diario", no pienso jamás dejar que alguien lo lea, a menos que encuentre un verdadero amigo o amiga al cual enseñárselo. Aquí estoy, en el punto de partida para comenzar un Diario, yo no tengo amiga.
Para ser más clara, nadie creerá que una muchachita de 13 años esté sola en el mundo. Claro que esto no es exactamente real, ya que tengo a mis padres y a una hermana de 16 años; tengo, en total, más de 30 conocidos, entre ellos las llamadas "amigas". Tengo admiradores en abundancia que me siguen con su mirada, mientras que en la clase, los que no me ven de frente, se ayudan con un pequeño espejo de bolsillo. Tengo una buena familia, con tíos y tías. No. No me falta nada aparentemente, salvo la amiga. Con mis camaradas sólo me divierto. Nunca puedo hablar con ellos de nada serio. Ni siquiera con mis amigas puedo llegar a intimar, he ahí la dificultad. Esta falta de confianza es quizá mi verdadero defecto. De cualquier manera, me encuentro frente a una realidad, y es bastante doloroso no porder ignorarlo.
Esta es la razón de este Diario. A fin de evocar mejor la imagen que me forjo de una amiga muy esperada, no quiero limitarme a simples hechos, como muchos lo hacen, sino deseo que este Diario se convierta en la amiga. Y esta amiga llevará por nombre Kitty.
Kitty no sabe nada de mí. Necesito, pues, de manera breve, contarle la historia de mi vida. Mi padre tenía 36 cuando desposó a mi madre, que tenía 25. Mi hermana Margot nació en 1926, en Francfort del Meno. Yo, el 12 de junio de 1929. Siendo judíos, llegamos a Holanda en 1933, donde mi padre fue nombrado director de la Travies N.V., firma asociada con Kole y Cía. de Amsterdam. El mismo edificio era utilizado por las compañías, de las cuales mi padre era accionista.
Desde luego, la vida no estaba exenta de emoviones para nosotros, pues lo que restaba de nuestra familia se encontraba todavía defendiéndose de las medidas adoptadas por Hitler en contra de los judíos. A raíz de las persecuciones de 1938, los dos hermanos de mi madre huyeron hacia los Estados Unidos, llegando sanos y a salvo. Mi abuela, con 73 años entonces, se nos unió. Después de 1940, nuestra buena racha iba a terminar: primero que nada la guerra, la capitulación y la invasión alemana, lograron llevarnos a la miseria. Disposición tras disposición en contra de los judíos. Los judíos obligados a llevar la estrella, a ceder sus bicicletas. Prohibición para los judíos de salir después de las 8 de la noche, o de permanecer en casa de sus amigos. Prohibido practicar cualquier deporte: no nadar, no jugar tenis o hockey, ni otras cosas de entretenimiento. Prohibido frecuentar a los cristianos. Obligación de asistir exclusivamente a escuelas judías, y muchas otras restricciones semejantes.
De esta manera vivimos, sin hacer esto o aquello. Jopie me dice siempre: "no me atrevo a hacer nada, pues me da miedo que esté prohibido". Nuestra libertad está muy restringida. Sin embargo, la vida es aún llevadera.
Mi abuela murió en enero de 1942. Nadie sabe cómo pienso en ella y cómo la quiero aún.
Estaba en la escuela Montessori desde el jardín de niños, es decir, desde 1934. En sexto grado tuve como maestra a la directora, la Sra. K. Al finalizar el año, fueron despedidas desgarradoras, ambas lloramos. En 1941, mi hermana y yo ingresamos al liceo judío.
Hasta el día de hoy, nuestra pequeña familia de cuatro miembros se encuentra bien, y así llego a este día.

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Simplemente quería publicarlo aquí, adoro a esta niña y este fue el primer libro que leí.